
La adicción invisible
Por Elisvanell Celis
August 2025Aunque menos visible que otras adicciones, la ludopatía, también conocida como la adicción al juego de apuestas, puede destruir familias, arruinar vidas y pasar desapercibida hasta que es demasiado tarde. En el Valle del Hudson, el Centro de Recursos para el Juego Problemático del Mid-Hudson (Mid-Hudson Problem Gambling Resource Center) trabaja para atender a las personas afectadas y a sus seres queridos, sin importar su idioma, edad o estatus migratorio.
“A esta adicción no le importa tu raza, edad o situación migratoria. Le puede pasar a cualquiera. Pero muchas veces las personas piensan que no es tan grave o que no les afecta”, afirma Leilani Yizar-Reid, quien lidera este centro desde 2019. Con experiencia previa en prevención del uso de sustancias en Nueva York, se unió al Consejo del Estado de Nueva York sobre el Juego Problemático para conectar a personas en riesgo con apoyo especializado.
El centro forma parte de una red estatal con siete oficinas en Nueva York y abarca los condados de Sullivan, Dutchess, Orange, Ulster, Rockland, Westchester y Putnam. “Nuestra labor es facilitar el acceso a la atención para quienes enfrentan una adicción al juego. Ya sea lotería, apuestas deportivas o bingo. Todo tipo de juego puede convertirse en una adicción”, agrega Yizar-Reid. Su trabajo se basa en la educación, la prevención y el alcance comunitario, apoyando principalmente a comunidades susceptibles, como la comunidad hispana. “Ofrecemos talleres, presentaciones y capacitación a cualquier organización o comunidad que lo solicite”, explica Yizar-Reid.
Uno de los principales desafíos con los que sigue luchando el centro es la falta de reconocimiento a los juegos de azar como una adicción. “Se habla del alcohol, de las drogas, pero rara vez se habla del juego. Es una adicción silenciosa. Afecta tanto al jugador como a sus seres queridos”, dice Leilani. Esta falta de concientización, sumada a barreras idiomáticas, complica el acceso a los servicios, especialmente en comunidades hispanas. “Tenemos personal que habla español, pero una de las cosas que podríamos mejorar en nuestra región es el conectar más con organizaciones hispanas que estén dispuestas a ser traductores de lo que hacemos”, explica.
El impacto del juego problemático puede ser devastador. Cuando el ingreso familiar se destina al juego, las consecuencias alcanzan a toda la familia. Aun así, el tratamiento requiere que la persona reconozca el problema y quiera ayuda. “No podemos obligar a nadie. Pero podemos orientar, hacer evaluaciones y, si están listos, conectarlos con terapeutas, grupos de apoyo o pares en recuperación. Y si la persona afectada no busca ayuda, también apoyamos a sus familiares”. Lamentablemente, pocos afectados buscan ayuda profesional, y la investigación sobre las tasas de recuperación de los trastornos del juego es limitada. Sin embargo, la organización de recuperación Jugadores Anónimos informa que entre el 50% y el 70% de sus participantes logran una recuperación sostenida.
Según estadísticas del Consejo del Estado de Nueva York para los problemas con el juego, en todo el estado, el número de personas que accedieron a servicios de tratamiento aumentó un 11,5 % entre 2022 y 2023, lo que incluye un 6 % más en servicios ambulatorios. Además, las llamadas a líneas de ayuda como la HOPEline estatal y los Centros Regionales de Juego Problemático aumentaron en un 7 % en el mismo período, lo que indica un creciente reconocimiento de la gravedad de este problema.
El acceso es rápido y flexible. “Queremos que cuando alguien llame, obtenga atención, incluso los fines de semana. Si no es con nosotros directamente, se les conecta con la línea estatal de ayuda”, explica Yizar-Reid. Muchos de los servicios son gratuitos, como los grupos de apoyo o las conversaciones con pares en recuperación. Otros pueden cubrirse con seguros médicos o programas estatales. “Sabemos que, si hay un problema de juego, hay dificultades económicas. Por eso, buscamos que la atención no sea una carga”.
Una de las estrategias del centro es colaborar con organizaciones locales que trabajen con poblaciones diversas. Leilani reveló que, tras una visita del centro a un programa de adultos mayores hispanos, muchos adultos expresaron que la adicción al juego estaba presente en sus familias, pero no sabían que existía un centro que ofreciera apoyo. “Por eso estas conversaciones abren puertas. No es lo mismo leer un folleto que hablar con alguien que entiende tu realidad”, reflexiona Yizar-Reid. También contó cómo los adultos compartieron historias de sus familias mostrando otras maneras de apostar en la comunidad hispana, como en el dominó.
Programas como Building Bridges, implementado en la ciudad de Nueva York, han logrado un contacto directo con comunidades hispanas en las calles, algo que se espera replicar en otras regiones del estado.
En un artículo reciente en The River Journal, una publicación del condado de Westchester, Tina Evans, escribió sobre la larga historia de los juegos de apuestas en el Valle del Hudson, desde el “distrito del vicio” en la calle Columbia en la ciudad de Hudson a fines del siglo XIX, principios, del XX, hasta el auge de los casinos nuevos como Resorts World, en Newburgh. Los casinos cuales generan empleos y promesas de desarrollo económico, especialmente para familias inmigrantes que encuentran en los casinos una fuente estable de ingreso. Pero esta misma industria también alimenta las condiciones para que las personas desarrollen adicciones, particularmente entre poblaciones vulnerables. El contraste entre quienes viven del juego y quienes son destruidos por él se puede ver tanto en el Valle del Hudson como en la Ciudad de Nueva York. ¿Cómo conciliar el crecimiento económico con la salud mental y financiera de nuestras comunidades?
Todo esto se complica aún más con lo fácil que es apostar hoy en día. A diferencia de los años en que el juego era un evento social localizado, hoy el acceso constante e inmediato a las apuestas online ha intensificado los riesgos de adicción. A esto se refiere Leilani cuando señala que uno de los mayores retos es hacer visible una adicción que rara vez se nombra, y que puede afectar tanto a jóvenes que apuestan en deportes, como a adultos mayores atraídos por loterías y bingo.
Un informe de sobre la prevalencia del problema del juego en NY, presentado por la Oficina estatal de servicios del alcoholismo y abuso de sustancias de 2021, revela que el 4,4%, de los neoyorquinos (alrededor de 874.000 personas) son "jugadores en riesgo" y otro 0,7% (unas 140.000 personas) se clasifican como "jugadores problemáticos" o "patológicos". Entre las poblaciones de mayor riesgo se encuentran las personas de 18 a 24 años de edad, las personas con trastorno por consumo de sustancias, los hombres negros no hispanos, las personas con ingresos inferiores a $30.000 y las personas con un diploma de secundaria o inferior. Otras poblaciones de alto riesgo también incluyen a veteranos, asiáticos americanos e isleños del Pacífico, la población de edad avanzada, y las personas negras, indígenas y de color (o BIPOC). En definitiva, cientos de miles de personas están afectadas. Además, las tasas más altas de juego problemático se encuentran no solo en la Ciudad de Nueva York sino también la región del Mid-Hudson.
Iniciativas como la conexión directa con terapeutas, líneas de ayuda bilingües y programas gratuitos de apoyo han tenido una recepción positiva en la región, con decenas de familias accediendo a orientación y mostrando interés de luchar contra dicha adicción. Así, mientras el Estado proyecta nuevas licencias de casino para 2025, la labor de estos centros se vuelve cada vez más urgente y vital.
Leilani Yizar-Reid concluye con un mensaje esperanzador: “Esta adicción es seria, pero hay ayuda. Y no te sientas solo porque hay personas en este mundo que están aquí dispuestas a ayudarte y apoyarte. Así que por favor, comunícate y no luches solo”.
RECURSOS
nyproblemgamblinghelp.org/mid-hudson/
addictionhelp.com/gambling/recovery/
COPYRIGHT 2025La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Comments | |
Sorry, there are no comments at this time. |