Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
¿La crisis social y la educación espiritual están relacionados?
Por Olga Maritza Salazar
July 2022 Empezaron las vacaciones y como es habitual muchas familias inscriben a los niños para que participen en campamentos o clases de verano de forma que estén entretenidos.
Deseamos que practiquen algún deporte o desarrollen alguna actividad artística, pero referente al aspecto espiritual de nuestros hijos no nos preocupamos porque asumimos que ellos seguirán el buen ejemplo que les damos en casa.
Pero ¿qué pasa con las familias disfuncionales donde el niñe solo ve agresividad, y frustración, o con el hogar donde el ejemplo de valores espirituales es muy limitado, o donde se le enseña a diferenciar a las personas por el color de la piel? Entonces, ¿cuál será el desarrollo emocional y espiritual de esta criatura?
En los últimos años hemos sido testigos de la violencia que existe en las escuelas. Vemos adolescente que por prejuicios raciales o haber sido víctimas de abuso, atacan a sus compañeros sin importarles la vida de los otros estudiantes, dejando familias destruidas emocionalmente y preguntándonos si se pudo prevenir.
Quizás una forma de prevención aparte de las medidas de seguridad existentes sería que, al finalizar cada año lectivo, los psicólogos de la escuela hagan un análisis profundo del comportamiento de los alumnos y se continúe con un seguimiento a aquellos estudiantes que se manifiestan a favor del racismo, o los que han sido víctimas de bullying.
También debería ser considerada una educación espiritual (lejos de cualquier religión) y desde muy pequeños enseñarles de que son capaces, cuáles son los dones y habilidades que poseen, para que puedan fortalecer sus valores, su empatía y su conciencia, y que de esta forma podamos reforzar las reglas sociales positivas.
Debemos tener en claro que la religión y la espiritualidad no son lo mismo, ya que la religión es un conjunto de creencias acerca de una divinidad, mientras que la espiritualidad es referente a lo más esencial del ser humano: sus valores.
Es increíble que, en el mundo actual, donde el ser humano logra tantos avances en el desarrollo científico, la tecnología y las comunicaciones, muchos jóvenes se tornan más materialistas, aislados y violentos.
Cuando educamos el espíritu que es lo más esencial del ser humano, estamos formando personas que respeten a todos y a considerar todo lo que nos rodea, así serán más conscientes para evitar las malas influencias de estos tiempos.
Ahora ya no solo son las malas amistades, el alcohol, las drogas, también se han incrementado los videojuegos y películas de violencia y xenofobia.
Con el fin de contrarrestar una sociedad en crisis, debemos formar familias cuyos individuos tengan como prioridad el amar y respetar a los suyos, a que sientan la unidad entre todas las demás personas.
Que nuestros hijes sepan que les brindamos nuestro apoyo en todo momento, y que pueden confiar en nosotros.
Enseñarles a meditar desde pequeños, que aprendan a sentir la fuerza interior de su ser.
Llevemos a cabo actividades nuevas con ellos, viajar, leer juntos y compartir mucho sobre los puntos de opinión de cada uno, referente a lo que se ha leído o de los lugares que se han visitado. Nos permite conocer más sobre la personalidad de los progenitores y sus criaturas.
El enfocarnos en la naturaleza o dejarse llevar profundamente por una melodía hasta conmoverse demuestra que los padres en un momento dado también somos vulnerables.
Conversemos siempre sobre los valores familiares, inculcando buenos sentimientos a nuestros hijes, garantizamos que dejamos buenos individuos a la sociedad.
Recordemos esta famosa frase de Platón: “Con la buena educación el ser humano es una criatura mansa y divina; pero sin ella es el más feroz de los animales. La educación y los valores mejoran a los buenos y hacen buenos a los malos”.
*Y usted ¿qué opina? Escriba a [email protected] ¡Y haga oír su voz! COPYRIGHT 2022
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Pero ¿qué pasa con las familias disfuncionales donde el niñe solo ve agresividad, y frustración, o con el hogar donde el ejemplo de valores espirituales es muy limitado, o donde se le enseña a diferenciar a las personas por el color de la piel? Entonces, ¿cuál será el desarrollo emocional y espiritual de esta criatura?
En los últimos años hemos sido testigos de la violencia que existe en las escuelas. Vemos adolescente que por prejuicios raciales o haber sido víctimas de abuso, atacan a sus compañeros sin importarles la vida de los otros estudiantes, dejando familias destruidas emocionalmente y preguntándonos si se pudo prevenir.
Quizás una forma de prevención aparte de las medidas de seguridad existentes sería que, al finalizar cada año lectivo, los psicólogos de la escuela hagan un análisis profundo del comportamiento de los alumnos y se continúe con un seguimiento a aquellos estudiantes que se manifiestan a favor del racismo, o los que han sido víctimas de bullying.
También debería ser considerada una educación espiritual (lejos de cualquier religión) y desde muy pequeños enseñarles de que son capaces, cuáles son los dones y habilidades que poseen, para que puedan fortalecer sus valores, su empatía y su conciencia, y que de esta forma podamos reforzar las reglas sociales positivas.
Debemos tener en claro que la religión y la espiritualidad no son lo mismo, ya que la religión es un conjunto de creencias acerca de una divinidad, mientras que la espiritualidad es referente a lo más esencial del ser humano: sus valores.
Es increíble que, en el mundo actual, donde el ser humano logra tantos avances en el desarrollo científico, la tecnología y las comunicaciones, muchos jóvenes se tornan más materialistas, aislados y violentos.
Cuando educamos el espíritu que es lo más esencial del ser humano, estamos formando personas que respeten a todos y a considerar todo lo que nos rodea, así serán más conscientes para evitar las malas influencias de estos tiempos.
Ahora ya no solo son las malas amistades, el alcohol, las drogas, también se han incrementado los videojuegos y películas de violencia y xenofobia.
Con el fin de contrarrestar una sociedad en crisis, debemos formar familias cuyos individuos tengan como prioridad el amar y respetar a los suyos, a que sientan la unidad entre todas las demás personas.
Que nuestros hijes sepan que les brindamos nuestro apoyo en todo momento, y que pueden confiar en nosotros.
Enseñarles a meditar desde pequeños, que aprendan a sentir la fuerza interior de su ser.
Llevemos a cabo actividades nuevas con ellos, viajar, leer juntos y compartir mucho sobre los puntos de opinión de cada uno, referente a lo que se ha leído o de los lugares que se han visitado. Nos permite conocer más sobre la personalidad de los progenitores y sus criaturas.
El enfocarnos en la naturaleza o dejarse llevar profundamente por una melodía hasta conmoverse demuestra que los padres en un momento dado también somos vulnerables.
Conversemos siempre sobre los valores familiares, inculcando buenos sentimientos a nuestros hijes, garantizamos que dejamos buenos individuos a la sociedad.
Recordemos esta famosa frase de Platón: “Con la buena educación el ser humano es una criatura mansa y divina; pero sin ella es el más feroz de los animales. La educación y los valores mejoran a los buenos y hacen buenos a los malos”.
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