Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Mujer, el amor es el único antídoto para rescatarnos de cualquier creencia o memoria que nos ata al sufrimiento
Por Dora Inés Grosso García
March 2022 Quiero reflexionar sobre esa situación que denominamos maltrato y que tiene que ver con todo lo que pueda limitar o afectar la dignidad, el respeto, la autoimagen y la libertad de una persona.
¿Sabías que nuestro inconsciente recrea las memorias de nuestros ancestros y que muchas veces nos hace seguir las alianzas y pactos del pasado?
Si nuestros antepasados fueron sumisos o maltratados, es posible que estemos siguiendo estos patrones y continuemos encadenadas sin darnos cuenta. Además, la familia se encarga de continuar con estas cadenas invisibles, como darnos el nombre de la abuela, u otro pariente fallecido, o nos viven diciendo que somos igualitas a la tía u otra persona.
Por otro lado, la cultura sigue reforzando estas conductas de desvalorización de la mujer con las canciones, la literatura, las telenovelas, entre otras. Sin estar conscientes, recibimos programación que perpetúa el maltrato; pareciera que estamos destinadas a repetir los modelos de sufrimiento, generación tras generación.
Podemos reaccionar y decir ¡basta! Darnos cuenta.
En el momento que estemos conscientes de este hecho podemos disolverlo, porque la solución está en nosotras, no necesitamos que el otro cambie, si cambiamos nosotras podremos ver el resultado, que es la libertad, la autonomía, la alegría, el goce de vivir plenamente.
La maravillosa noticia es que cuando nos amamos y tenemos una identidad propia y hemos definido claramente qué elegimos para nosotras, podemos superar todas estas memorias, creencias o lo que nos esté tratando de atrapar en el sufrimiento.
Tenemos un maravilloso presente, donde cambiamos nuestra realidad y la de las generaciones futuras, y es con amor que lo podemos lograr. Desde siempre las mujeres que han trascendido estas limitaciones y han logrado superarlas, lo han hecho amándose profundamente, y defendiendo sus derechos, ante si mismas, cuidando sus palabras, sus pensamientos y actitudes, con coherencia.
Recordemos que somos el ejemplo de nuestras familias, quienes nos imitan y siguen, así que, si usamos el antídoto del amor, lo logramos, sin necesidad de luchar con los demás, es un asunto personal e intransferible. Cuando hacemos consciencia de cuáles comportamientos favorecen las memorias, se eliminan y con el amor creamos nuevas memorias de valorización.
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Si nuestros antepasados fueron sumisos o maltratados, es posible que estemos siguiendo estos patrones y continuemos encadenadas sin darnos cuenta. Además, la familia se encarga de continuar con estas cadenas invisibles, como darnos el nombre de la abuela, u otro pariente fallecido, o nos viven diciendo que somos igualitas a la tía u otra persona.
Por otro lado, la cultura sigue reforzando estas conductas de desvalorización de la mujer con las canciones, la literatura, las telenovelas, entre otras. Sin estar conscientes, recibimos programación que perpetúa el maltrato; pareciera que estamos destinadas a repetir los modelos de sufrimiento, generación tras generación.
Podemos reaccionar y decir ¡basta! Darnos cuenta.
En el momento que estemos conscientes de este hecho podemos disolverlo, porque la solución está en nosotras, no necesitamos que el otro cambie, si cambiamos nosotras podremos ver el resultado, que es la libertad, la autonomía, la alegría, el goce de vivir plenamente.
La maravillosa noticia es que cuando nos amamos y tenemos una identidad propia y hemos definido claramente qué elegimos para nosotras, podemos superar todas estas memorias, creencias o lo que nos esté tratando de atrapar en el sufrimiento.
Tenemos un maravilloso presente, donde cambiamos nuestra realidad y la de las generaciones futuras, y es con amor que lo podemos lograr. Desde siempre las mujeres que han trascendido estas limitaciones y han logrado superarlas, lo han hecho amándose profundamente, y defendiendo sus derechos, ante si mismas, cuidando sus palabras, sus pensamientos y actitudes, con coherencia.
Recordemos que somos el ejemplo de nuestras familias, quienes nos imitan y siguen, así que, si usamos el antídoto del amor, lo logramos, sin necesidad de luchar con los demás, es un asunto personal e intransferible. Cuando hacemos consciencia de cuáles comportamientos favorecen las memorias, se eliminan y con el amor creamos nuevas memorias de valorización.
Gracias por seguir expresando el amor a si mismas; les envió mi fuerza y amor para seguir el camino de la felicidad.
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