La palabrita mágica “GRACIAS”

Esta palabra que se origina del latín “gratia” significa la honra o alabanza que se tributa a otro, en reconocimiento a un favor. Es una de las primeras palabras que debemos también enseñar a nuestros hijos después de papá y mamá, ya que es un sentimiento de aprecio a lo que los demás hacen por nosotros, por muy pequeña que sea la acción. Empezar desde los infantes a que siempre vean las cosas desde un punto de vista más positivo y a que se quejen menos, es un gran paso para convertir toda una sociedad a que sea más agradecida, altruista, y menos indiferente hacia los demás... 

Debemos inculcarles a tener compasión por las situaciones adversas de otras familias, a no estar compitiendo todo el tiempo, por poseer mejores cosas materiales que los otros, o sentirse mal porque no poseen una casa más grande que la del vecino. A valorar mucho los momentos de alegría, porque así como hay tiempos felices, también hay tiempos adversos y es en esta etapa que necesitamos de nuestro positivismo para pensar que todo pasa, y que aun las experiencias tristes nos enseñan cosas de por qué estar agradecido.
 
Dar es recibir, mostrarle desde pequeños que cuanto más dispuesto estés a dar a los que
necesitan, más recibes de la vida. Los estudios confirman que desde la antigüedad los niños
son más felices con la actitud de dar, y que lo que más les emociona, es cuando reciben un
“gracias” reconociendo su acto de bondad. Incluso nuestra salud se ve afectada favorablemente solo por agradecer, según un artículo de Harvard Mental Health Letter, “La gratitud está íntimamente relacionada con la felicidad. Quienes son agradecidos experimentan sentimientos positivos, tienen mejor salud, enfrentan mejor las dificultades, además de que forjan buenas amistades”.
 
La manera más rápida cómo los niños aprenden es con el ejemplo, si cada día das las gracias
por el nuevo día que comienza, porque tienes todo tu cuerpo completo y sano, porque te
puedes valer por ti mismo, entonces ellos amaran más su vida, su cuerpo y sus capacidades. También podemos recurrir a las lecturas infantiles donde se incentive este sentimiento a través
de los cuentos, los pequeños se dejan envolver con la literatura y se identifican con los personajes y con lo que ellos hacen, entonces es más fácil guiarlos hacia la actitud que deseamos que prevalezca en su persona.
 
Una gran historia infantil que describe lo que es quedar agradecido, es el cuento del ratón y el
león donde al principio el león menosprecia la compañía y ofrecimiento de ayuda del ratón,
después de que el rey de la selva decide no comérselo, perdonando su vida. Pero una noche el león cae en una trampa y por coincidencias del destino, el ratoncito que vio el hecho, corre a salvarlo royendo la malla que atrapaba al león, y haciendo un gran agujero, le ayuda a escapar, antes que los cazadores se hagan presentes. Así el león queda libre nuevamente. Es así como ambos amigos siembran una gran amistad en base del agradecimiento, por una acción que llevaron a cabo uno por el otro en un preciso momento. Y les permitió vivir felices.
 
Es así como debemos actuar las personas con respecto a nuestro prójimo.

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