Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Dicen que este es el Mes de la Herencia Hispana, un mes que comienza el 15 de septiembre y termina el 15 de octubre de cada año desde 1988 cuando el presidente Ronald Reagan (el republicano que pasó la amnistía para los inmigrantes sin papeles) y el congreso de los Estados Unidos expandieron lo que hasta entonces era una semana, que en 1968 el presidente Lyndon Johnson, con esto de los movimientos por los derechos civiles, había proclamado. Dicen que en este mes celebramos las historias, culturas y contribuciones de los ciudadanos estadounidenses cuyos ancestros vinieron de España, México, el Caribe y América Central y del Sur. Básicamente todos los que tenemos al español como lengua materna, o ancestral, y nos queremos reconocer como tales.
Me parece muy bien que se celebre todo esto. ¿A quién no le gusta la fiesta? Pero tampoco hay que dejarse llevar por los titulares, y es mejor reflexionar un poco. Pienso que desde que llegué a este país aprendí que ya no era una persona más en la multitud, sino que me asignaron esta etiqueta: hispana/latina (ahora también latinx). ¿Argentina? ¿Sudamericana? Bien, gracias. Ahora a las personas que venimos de los 22 países donde se habla el español (incluyo a Estados Unidos en esta lista) nos ponen en la misma bolsa, ese monolito llamado Hispanidad. Bueno, lo aceptamos y no lo aceptamos. La verdad que sí es maravilloso sentirnos hermanados con tanta gente de culturas tan ricas, diversas y antiquísimas.
Desde muchos puntos de vista además estamos hermanados en la opresión, la actual y la que ya viene desde la época colonial. Estamos hermanados en el racismo sistémico que nos hacen sentir las instituciones, desde los medios de comunicación, hasta la política y la escuela, por citar algunos. Se habla de nosotres, pero ¿dónde estamos? Los profesionales latines hacemos falta en los lugares donde se toman decisiones en todos los ámbitos. De maneras sutiles, y no tanto, las puertas se cierran, aunque a veces hay una ventana por donde subirse.
La escasa representación de los hispanos se siente más fuerte este mes cuando, de repente, una fecha impuesta les recuerda a todes que sí que existimos, que aquí estamos y no nos vamos. La tristeza de la falta de representación en los medios, en la política, en la educación, se siente fuerte, digo, porque hay mucha materia dispuesta para ocupar esos espacios. Con más de 61 millones de personas, según el censo los hispanos/latinos/latinx somos casi el 20% de la población de este país. Más de la mitad nacidas acá, muchas por generaciones. Sin embargo, nuestros porcentajes de participación en espacios de poder están bajísimos: 1% entre funcionarios electos locales y federales, alrededor del 5% en películas y la televisión, y 9% entre el personal docente y la dirección escolar. Sí, tenemos que seguir educándonos, aprendiendo a defender nuestros derechos, y seguir creando nuestros propios espacios, porque parece que nadie los dará de buena gana. ¿Desconfiada, yo?
Una cosa que parece faltarle a esto de la Herencia Hispana es que el nombre hace alusión a nuestros ancestros europeos. ¿Y qué hay de nuestro lado indígena y el africano? Por eso, este mes, la foto de la portada de la revista La Voz está dedicada a resaltar uno de esos aspectos, nuestra descendencia africana, con un cartel en español que dice: Las vidas negras importan, y un primer plano de la periodista, feminista y antropóloga social puertorriqueña, y visiblemente afrodescendiente Bárbara Abadía-Rexach, creadora del podcast Negras (que está excelente y espero que se hagan tiempito para escucharlo). En entrevista con nuestra colaboradora Elizabeth Liotta, Abadía-Rexach reflexiona sobre el racismo en la Isla del encanto, todavía colonia de Estados Unidos, en pleno 2021.
Espero que disfruten este número de La Voz, tanto como nosotres disfrutamos de hacerla.
¡A celebrar conscientemente nuestro mes todo el año!
Mariel Fiori
Directora COPYRIGHT 2021
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Me parece muy bien que se celebre todo esto. ¿A quién no le gusta la fiesta? Pero tampoco hay que dejarse llevar por los titulares, y es mejor reflexionar un poco. Pienso que desde que llegué a este país aprendí que ya no era una persona más en la multitud, sino que me asignaron esta etiqueta: hispana/latina (ahora también latinx). ¿Argentina? ¿Sudamericana? Bien, gracias. Ahora a las personas que venimos de los 22 países donde se habla el español (incluyo a Estados Unidos en esta lista) nos ponen en la misma bolsa, ese monolito llamado Hispanidad. Bueno, lo aceptamos y no lo aceptamos. La verdad que sí es maravilloso sentirnos hermanados con tanta gente de culturas tan ricas, diversas y antiquísimas.
Desde muchos puntos de vista además estamos hermanados en la opresión, la actual y la que ya viene desde la época colonial. Estamos hermanados en el racismo sistémico que nos hacen sentir las instituciones, desde los medios de comunicación, hasta la política y la escuela, por citar algunos. Se habla de nosotres, pero ¿dónde estamos? Los profesionales latines hacemos falta en los lugares donde se toman decisiones en todos los ámbitos. De maneras sutiles, y no tanto, las puertas se cierran, aunque a veces hay una ventana por donde subirse.
La escasa representación de los hispanos se siente más fuerte este mes cuando, de repente, una fecha impuesta les recuerda a todes que sí que existimos, que aquí estamos y no nos vamos. La tristeza de la falta de representación en los medios, en la política, en la educación, se siente fuerte, digo, porque hay mucha materia dispuesta para ocupar esos espacios. Con más de 61 millones de personas, según el censo los hispanos/latinos/latinx somos casi el 20% de la población de este país. Más de la mitad nacidas acá, muchas por generaciones. Sin embargo, nuestros porcentajes de participación en espacios de poder están bajísimos: 1% entre funcionarios electos locales y federales, alrededor del 5% en películas y la televisión, y 9% entre el personal docente y la dirección escolar. Sí, tenemos que seguir educándonos, aprendiendo a defender nuestros derechos, y seguir creando nuestros propios espacios, porque parece que nadie los dará de buena gana. ¿Desconfiada, yo?
Una cosa que parece faltarle a esto de la Herencia Hispana es que el nombre hace alusión a nuestros ancestros europeos. ¿Y qué hay de nuestro lado indígena y el africano? Por eso, este mes, la foto de la portada de la revista La Voz está dedicada a resaltar uno de esos aspectos, nuestra descendencia africana, con un cartel en español que dice: Las vidas negras importan, y un primer plano de la periodista, feminista y antropóloga social puertorriqueña, y visiblemente afrodescendiente Bárbara Abadía-Rexach, creadora del podcast Negras (que está excelente y espero que se hagan tiempito para escucharlo). En entrevista con nuestra colaboradora Elizabeth Liotta, Abadía-Rexach reflexiona sobre el racismo en la Isla del encanto, todavía colonia de Estados Unidos, en pleno 2021.
Espero que disfruten este número de La Voz, tanto como nosotres disfrutamos de hacerla.
¡A celebrar conscientemente nuestro mes todo el año!
Mariel Fiori
Directora COPYRIGHT 2021
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Comments | |
Sorry, there are no comments at this time. |