¿Cómo piensan terminar el año? ¿en la playa? ¿en casa? ¿quejándose del mundo o alegrándose que todavía vivimos? Sea donde sea que estemos para celebrar 2010 y darle la bienvenida al 2011, les propongo que lo hagamos de buen humor.
Como es sabido, todo es cuestión del cristal con que se mira, es decir, podemos reírnos de los problemas o llorar con los problemas, mientras los resolvemos. ¿Cuál actitud es la mejor? ¡La risa! ya que la risa es salud, como lo pueden comprobar los que se dedican a la risoterapia (sí, también es una profesión eso de ayudar a reír para curar dolencias). La risa es celebración de la vida, nos conecta con el momento presente. El dolor también nos conecta con el presente, claro está, pero también nos crea úlceras y otros malestares, mientras que la risa nos fortalece.
Todavía no sé qué haré para estas fiestas de fin de año, estaré por el Valle del Hudson, seguramente. Pero sin lugar a dudas estaré muy feliz de seguir con vida. Y les cuento por qué estoy con esta alegría tan natural y básica, de la que a veces nos olvidamos. El viernes 15 de octubre a eso de las 10 de la mañana iba yo manejando por una carretera llena de curvas (de las que hay muchas por aquí) bajo una lluvia finita y persistente, cuando de repente ¡Paf! Perdí el control de mi coche, que empezó a hacer zigzags a lo loco, yo tratando de controlar el incontrolable volante, y lo inevitable: el coche cayó al barranco, dando una voltereta y llevándose consigo unos cuantos arbustos y una valla de madera. Mientras yo adentro seguía sosteniendo el volante, y la respiración.
El coche quedó totalmente destruido, pero mi persona quedó bien, con algunos dolores de cuello que ya se disiparon. “Hydroplaning”, sentenció el mecánico que llegó junto con la policía 20 minutos después (hydroplanning quiere decir que las ruedas se deslizaron sobre el agua que cubría la carretera, sin hacer suficiente contacto con el pavimento, y por eso la pérdida del control). Repito, estoy bien.
No suelo contar historias personales en la revista, ¿a quién le importa mi vida cuando hay tantos temas prácticos que podemos ayudar a entender desde La Voz? Pero esta vez me salté la regla porque quería dar un ejemplo básico de risa, de la alegría de seguir vivos. Al fin y al cabo, como se suele decir: todo tiene solución, menos la muerte. Así que manos a la obra, o mandíbulas preparadas ¡y a reír que todavía estamos acá!
Este mes en La Voz, les presentamos una mini guía del transporte público en el Valle de Hudson ¿Sabían que por menos de dos dólares puede hacer un viaje desde Poughkeepsie hasta Beacon, o hasta Tivoli o Dover, en la otra punta del condado? Como siempre, también, les ofrecemos una guía de recursos locales, juegos para resolver en familia y un cuento, que es una novela. Claro que para seguir riendo, pueden leer lo que tiene que decir el señor Delgado cuando tiene frío y pocos ingresos, o cómo la estudiante Kronfeld intenta entender la madeja de nuestro idioma español mudado a los EE.UU, y para terminar, unos ejercicios para practicar el yoga de la risa, o Laughing yoga, como lo llaman aquí.
Dicen que el que solo se ríe, de sus picardías se acuerda. Tal vez en realidad, se ríe solo porque los demás no se animan a reírse, o porque entendió el chiste.
Nos reencontramos en febrero.
¡Feliz 2011!
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
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Comentario: Pues gracias a Dios q estes
bien!! y como decimos en
mexico “ ya ni llorar es
bueno ” por eso hay que
buscar la forma hilarante a
nuestros problemas!! Posted: 1/11/2011 |