Foto: “Más de la mitad de las drogas adictivas vienen de nuestros propios botiquines” observa Vincent Martello (Crédito: Vecc Videography)<br /> 
Foto: “Más de la mitad de las drogas adictivas vienen de nuestros propios botiquines” observa Vincent Martello (Crédito: Vecc Videography)
 
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La epidemia silenciosa: adicción en la tercera edad

Por Inés Chapela
December 2018
Caminando por las calles de la ciudad de Kingston una mañana lluviosa de noviembre, alguno hubiera dicho que la ciudad parecía somnolienta. Pero dentro del centro de conferencias del hotel Best Western transcurrían una serie de pláticas animadas. El viernes 9 de noviembre la organización Jewish Family Services organizó la conferencia Circles of Caring (Círculos de Cuidado) sobre la crisis que está atrapando a muchas comunidades del Valle del Hudson: la adicción a los opioides en gente de la tercera edad.
El día comenzó con una sobria bienvenida de Vincent Martello, director de Salud Comunitaria para el Departamento de Salud del condado de Ulster, quien dio un resumen de la epidemia a nivel nacional. Martello citó estadísticas preliminares publicadas por el Centro para el Control de Enfermedades para explicar la gravedad del problema: en el 2017 en los Estados Unidos murieron 76,000 personas por sobredosis, lo cual significa una tasa de 200 muertes al día.

Martello continuó por explicar el estado de la crisis a nivel local, refiriéndose al Valle del Hudson como un “epicentro” de la epidemia. Esto en parte es debido a que el Valle del Hudson sirve como ruta de entrega para drogas ilícitas al país. “Cuando uno ve los mapas de sobredosis de opioides en el estado de Nueva York, queda claro que hay una línea de sobredosis que coincide con el corredor de Metro North y se conecta con la autopista que viene desde Canadá”, notó Martello. Por su ubicación en este corredor geográfico, las comunidades del Valle del Hudson se vuelven más vulnerables a la epidemia de adicción a los opioides. En efecto, en los últimos años hospitalizaciones debidas a sobredosis de opioides han aumentado drásticamente en el condado de Ulster.

De estas hospitalizaciones, una proporción ahora incluye a adultos de la tercera edad. Esto en parte es debido a un ofensor al parecer inocuo: las medicinas recetadas. “Más de la mitad de las drogas adictivas vienen de nuestros propios botiquines”, Martello admite que el problema muchas veces empieza en casa. Esta observación es respaldada por un estudio del Instituto Nacional contra el Abuso de Drogas que encontró que el 80% de usuarios de heroína se vuelven adictos después de usar medicina prescrita. El abuso de medicinas prescritas en la población de edad avanzada es alarmante. Un artículo de profesores de la Universidad de Florida cita que “de 1996 a 2010, el número de opioides recetados a personas de la tercera edad aumentó por un factor de nueve”. Y como resultado, “la proporción de hospitalizaciones por abuso de opioides de personas de la tercera se edad ha cuadruplicado en los últimos 20 años”.

Un cambio fisiológico

Tom McCary, director del programa de Prevención del Abuso de Sustancias para el Instituto de Salud Familiar, arroja luz al problema de adicción en personas mayores, y es que para la “misma persona lo que una vez puede haber sido un nivel normal o inofensivo de alcohol se puede convertir en un nivel de consumo riesgoso como adulto de edad avanzada”. La concentración de agua en el cuerpo de un adulto de la tercera edad es disminuida comparada con aquella de un cuerpo joven y los órganos ya no funcionan de la misma manera; por ejemplo, el hígado ya no puede descomponer el alcohol tan fácilmente.

A los cambios fisiológicos que ocurren en un cuerpo que envejece, se agrega la probabilidad aumentada de que el individuo esté tomando medicamentos recetados, un factor más que incrementa la vulnerabilidad a la adicción. McCary cita que entre más viejo el individuo, más probabilidad hay de que tenga recetado un medicamento como benzodiazepine o xanax, dos de las medicinas frecuentemente recetadas para tratar la ansiedad y la insomnia.

El problema de adicción en personas mayores es algo que no podemos ignorar, implora Suzanne Cusack, co-fundadora de Villa Veritas, un centro de rehabilitación en Kerhonkson que abrió sus puertas por primera vez en 1973. En el estado de Nueva York la adicción en gente de la tercera edad es un problema particularmente grave, ya que de las 47.8 millones de personas mayores de 65 años que viven en los Estados Unidos, una gran parte vive en Nueva York. Según el censo de 2010, el estado de Nueva York es el tercer estado con más personas de la tercera edad en el país. Según McCary, el problema solo va a seguir creciendo. “La población de ancianos se va a duplicar y el uso corriente de alcohol y sustancias en estos adultos es más alto que en generaciones previas”. La generación que hoy día está entrando a una edad mayor, llamada de los baby boomers (nacidos tras la explosión de la natalidad después de la segunda guerra mundial) tiene más tendencia al uso de alcohol y de sustancias que generaciones anteriores. McCary explica que los baby boomers han experimentado “más abuso de alcohol y sustancias durante el transcurso de su vida y es más probable que continúen el abuso de alcohol o sustancias en su edad mayor”, un hecho que puede fácilmente llevar a un número elevado de casos de adicción.

¿Hay salida?

Ante la crisis devastadora de opioides, la respuesta en el condado de Ulster ha sido bastante robusta, opina Martello. Tras ser identificado dentro de una región de alta intensidad de narcotráfico, el condado de Ulster ha respondido con un plan que enfrenta tres componentes del problema: oferta, demanda, y calidad de tratamiento y recuperación.

En cuanto a la oferta de drogas, las autoridades federales han suplementado su presencia para mejor patrullar el área. Y, para combatir el abuso de medicamentos recetados, 19 puestos de recuperación se han establecido en estaciones de policía en el condado. Pero no solo es el condado de Ulster que se está defendiendo contra la crisis. A finales de agosto, el condado de Sullivan anunció un sistema de mapeo de sobredosis en el condado y en octubre, el condado de Dutchess recibió un millón de dólares de una beca federal para propulsar su respuesta a la crisis de opioides en la región.

Pero combatir el problema de la disponibilidad de drogas solo ayuda hasta un cierto punto; “hay heroína entrando [a la comunidad] de tantos lados, no vas a detener esto por parar la oferta [de drogas], lo que tienes que combatir es la demanda. Si no, puedes darle quiebra a los narcotraficantes que quieras, pero siempre va a haber alguien quien los reemplace”, nota Kevin Vecchione, quien sale entrevistado en el documental Smacked!, producido por Lillian Browne y Jessica Vecchione. Es por esto que iniciativas como la de las cajas de recolección de medicamentos en el condado de Ulster forman una parte clave en el manejo de la crisis de opioides. Al disminuir la ubicuidad de estas medicinas, la probabilidad de que sean abusadas también disminuye.

Además, las iniciativas educativas ocupan un lugar importante en la prevención de la adicción. Videos como Smacked! y la conferencia Círculos de Cuidado forman parte del esfuerzo educativo que surge para llamar atención al problema y proponer soluciones. Un componente clave en este movimiento educativo son las medicinas alternativas, sobre todo en el manejo del dolor, cuando frecuentemente se prescriben opioides. El nueve de noviembre, frente a un público de trabajadores sociales, proveedores salud y activistas de la comunidad, los especialistas en adicción comunicaron un mensaje claro: que lo pacientes pidan alternativas siempre que sea posible. Masaje, terapia física, tai chi, y hasta aceite de CBD, fueron opciones sugeridas.

Más información 

Lee este otro artículo de La Voz de junio de 2016 sobre la subida de la heroína en el Valle del Hudson.
Para encontrar un centro de tratamiento de drogas llama al 1-877-846-7369, o busca en la página de la Oficina del Alcoholismo y la Drogadicción del estado de Nueva York.

 

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