Ligia Mejía muestra el GPS que lleva en su tobillo desde hace más de 90 días, para darle un mejor futuro a sus hijos. Foto de Jodiah Jacobs
Ligia Mejía muestra el GPS que lleva en su tobillo desde hace más de 90 días, para darle un mejor futuro a sus hijos. Foto de Jodiah Jacobs
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Por qué marchamos

Por Mariel Fiori
October 2014

Ligia Mejía, hondureña y madre de dos niños pequeños, Ciara y Jesús, llegó junto a ellos y su esposo José Cárcamo, a la frontera de Estados Unidos y México en Texas el 6 de enero. Allí, la familia fue rápidamente arrestada por inmigración, y puesta en libertad. Una libertad condicional, de hecho. Desde hace más de tres meses que Ligia y su esposo llevan un grillete electrónico con un GPS atados a sus tobillos, algo que los avergüenza y los aprisiona en la ciudad de Newburgh.

Como se sabe, al cruzar la frontera de manera ilegal, las personas se arriesgan a ser arrestadas y detenidas por la policía de inmigración para luego ser deportadas. Debido al alto costo de detención para el gobierno (hasta $100 por día), y tratándose el cruce de una infracción civil, ICE puede usar su poder de discreción y no detener a todas las personas (dicen que sólo detienen a aquellos que representan un riesgo para la sociedad, como delincuentes convictos, por ejemplo). Las personas que quedan en libertad siguen teniendo una orden de deportación, pero tienen la posibilidad de encontrar ayuda legal que pueda seguir su caso, y cambiar su suerte. A algunos de los que quedan en libertad, según la discreción de ICE, se les pone el dispositivo de monitoreo con GPS, para saber en qué lugar se encuentran a cada minuto, a cambios de no estar encerrados. De esta manera, ICE se asegura de que las personas se presentarán a las audiencias previstas en las cortes, para aumentar el cumplimiento de órdenes de expulsión, y para reducir la cantidad de fugitivos.

“No sé cuándo me lo quitan” dice Ligia, que todavía no ha encontrado consejería legal que pueda pagar (lo mínimo que le ha pedido un abogado para revisar su caso son $3500), ni trabajo, mientras las citas con los oficiales encargados de su monitoreo se acumulan semana a semana. “No sé por qué me lo pusieron”, sigue Ligia, quien tal vez podría encontrar un abogado gratuito en la ciudad de Nueva York, pero no tiene permiso para salir de la ciudad de Newburgh.

El caso de Ligia caso no es único, en 2012 (según las últimas estadísticas disponibles) la policía de inmigración, ICE, tenía a 23.034 extranjeros en el programa de supervisión intensiva de alternativa a la detención (en efecto desde 2004). La vasta mayoría de estas personas fueron luego deportadas.  Pero Ligia dice que no quiere volver a Honduras: “No queremos volver porque tenemos miedo a las amenazas de muerte de los mareros, porque ellos querían reclutar a mi esposo para que trabajara con ello”, explica esta madre, que junto a su esposo manejaba un negocio de ropa de segunda y dulces en su país. Sus hijos van a la escuela y tienen cita en la corte el 12 de diciembre, pero la pareja todavía no sabe cómo resolver su situación.

Conocí a Ligia y su familia el miércoles 17 de septiembre en la ciudad de Newburgh. Ella se animó y fue a la marcha de inmigración, Camina con nosotros, de inmigrantes a ciudadanos, organizada por una coalición de grupos que se unieron para darle voz al sufrimiento ignorado de muchos inmigrantes. ¿Por qué marchamos ese día? Porque mientras tanto nuestros representantes en todos los niveles siguen inactivos en pasar una reforma migratoria justa que no separe más familias; siguen inactivos en autorizar licencias de conducir para aquellos sin número de seguro social en el estado de Nueva York que haga las calles y carreteras del estado más seguras para todos; siguen inactivos en firmar una orden ejecutiva que pare las deportaciones innecesarias y expanda DACA a por lo menos cinco millones de personas más; y siguen inactivos en aprobar la ley DREAM para el estado de Nueva York que ayude a los jóvenes indocumentados a continuar su educación y de esta manera representar un mejor aporte económico al estado que nos beneficiará a todos.

¿Cómo piensan ganar elecciones los candidatos que ignoran todos estos asuntos? Uno de los cantos que se escuchó bastante la soleada tarde del miércoles 17 de septiembre, Día de la Ciudadanía en los Estados Unidos, era “no somos uno, no somos cien, somos millones, cuéntenos bien”.

 

Mariel Fiori, Directora

 


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Comentario: Para los que estén interesados en saber cómo funciona la acción ejecutiva del presidente Obama en materia de inmigración que anunció el 20 de noviembre de 2014, favor de leer la información publicada por USCIS, la agencia de inmigración federal, aquí: www.uscis.gov/es/accionmigratoria
Posted: 11/25/2014